9. El Incendio en la Sala de Duelo 靈堂著火
Al día siguiente, como lo esperado, Ji Hui me ¨denunció ¨ por teléfono.
- ? Estuviste anoche ¨poniendo tu brazo en el hombro de una mujer ¨ a unas filas delante de nosotros, y seguro que no era Yinzhu! - Ella dijo.
Me precipité a negarlo diciendo, - ?Te has equivocado de persona, Ji Hui! No era yo. - Pero su voz en el teléfono se volvió aún más horrorosa: - ? Si tengo unos ojos de águila! ? Nunca me he confundido de personas en mi vida, sobre todo a la hora de detectar amoríos! -
No dejaba de pasmarme al escucharla. Incluso me continuó describiendo con exactitud mi indumentaria de anoche, ? desde la chaqueta hasta los zapatos de piel! Desde ahí comencé a notarme mareado. Parecía una serpientecilla arrastrando sobre la tierra campera que se hubiera descubierto e incluso encontrado el centro vital por el agricultor. Y ahora aquel agricultor era Ji Hui. Habría que ver si tendría la piedad de no atacarme con una azada enseguida. Empecé a emblandecerme. No obstante, al acabar estas palabras, Ji Hui a?adió de inmediato, - ?Mira lo nervioso que te has puesto! No voy a contar estas cosas a tu Yinzhu. - Por consiguiente, la piedra suspendida en mi corazón por fin se bajó.
Estando en la oficina, después de haber visto muchas fotos de Chen Yunchang que yo había sacado, Wang Yu bromeaba diciendo, - Esto es una oportunidad de conocer y propagar las nociones de SIDA.- Hasta había convocado a todos los hombres y mujeres de la Oficina del Periódico a ver las fotos con el fin de saber de qué se trataba el SIDA.
Algunas compa?eras se quejaban mucho en privado después de verlas, dijeron - ? Qué se está pensando el redactor jefe Wang? ? Todavía nos quiere dejar comer o no?-
A decir verdad, por mi cuenta ni siquiera había fijado bien esas fotos coleccionadas desde fuera. Al sentarme tranquilamente en el despacho, por fin pude observarlas con detenimiento.
Antes de nada, admiraba la valentía de Gao Jin. Aquellos rostros abatidos, pieles ulceradas, vidas retorcidas, causaban un estremecimiento de espanto a la gente. En cambio, ella pudo terminar de verlas todas con atención y devolvérmelas. Escudri?ando esos terroríficos víruses, que al principio parecían flores abiertas una por una en un campo primaveral, pero volaron como semillas de pestilencia por todas partes con el soplo del viento septentrional, y finalmente se aterrizaron en las personas de todo el mundo, causándote supuración, úlcera, en definitiva corrupción, descomposición, y esparcido por la tierra. Los peritos habían acotado que el SIDA era un tipo de síndrome de degeneración del sistema inmune. Las fotos de Chen Yunchang habían evocado mensajes apocalípticos tales como la inmundicia y la muerte en la gente.
Llamé al Centro de Prevención y Control del distrito Chong′an para intentar a conocer la actual situación de ¨la prevención del SIDA ¨. Escuché una voz femenina al otro lado del teléfono que decía:- No vengas, estos datos en general no los podemos revelar al mundo exterior. Después de ganar la fama el caso de Chen, cada día siempre han venido mujeres anónimas hasta aquí para hacer análisis de sangre, para comprobar si el examen del suero sanguíneo HIV es negativo o positivo. -
Me quedé aún más sorprendido, adivinando que esta situación era igual que la estimada por nuestro Editor Jefe Wang. Proseguí preguntando: - ?Toda esta gente era colegas de Chen Yunchang? -
La otra parte dijo: - No del todo, en fin, no indagues más por la seguridad vital de ellas. -
Continué haciendo la preguntan: - ?Y eso? -
Se explicó: - Si esto es fácil de entender. De aquellas personas que han venido para análisis, las mujeres con resultado negativo se escabulleron con euforia. En cambio, algunas con resultado positivo irán a amenazar repetidamente con el suicidio.- - En todo este período de examen- dijo -ya existían dos mujeres bastante guapas que habían contraído el SIDA y se lanzaron al vacío desde el tejado de su edificio alto.-
Chen Yunchang todavía estaba exclamando injusticia incesantemente cuando fui a entrevistarle la otra vez. ?Habiendo contraído estas mujeres decentes esta enfermedad sí que es una verdadera injusticia!
El examen del HIV era gratuito en los hospitales. Debido a que no se podía revelar todo el caso criminal al público por estropear la imagen gubernamental, algunas mujeres con problemas, por miedo de ser pilladas por sus parientes, no se atrevían a hacer análisis en su localidad, sino acudieron al centro de ellos u otros establecimientos médicos forasteros a hurtadillas, con el fin de realizar examen bajo seudónimos. Como consecuencia, el HIV corría un riesgo de descontrol y existía una tendencia de ser expandido.
La fiscalía municipal había confirmado que el definitivo importe aceptado como sobornos por el gobernador del distrito Chen Yunchang era diez millón y pico RMB, lo cual era suficiente como para penalizarle con la muerte.
El distrito Chong′an se encontraba al noreste de la Ciudad de Donghai, cuya forma en el mapa parecía una concha de almeja. Un lado de esta ¨concha ¨ se adentraba en el mar y otro lado se conectaba con el continente.
Conforme fueron encontrados unos casos de SIDA y ¨portadores de HIV ¨, el Sistema de la Inspección Pública recibió pronto una directriz relacionada desde el Ayuntamiento, que había decidido lanzar la ofensiva, dirigida por el comisario Liu An de la Comisaría, contra la pornografía haciendo una investigación aleatoria como ¨lanzar una red de pesca¨ en todos los espacios públicos de la ciudad. Esta operación policial anti-porno fue planificada en un finde. El significado de anti-porno era bien claro, ?pero de qué se trataría la investigación? Pues no se había avisado nada a los medios. El énfasis de la acción estaba en el centro de la ciudad, que aparentemente era una revisión de referencia comercial de algunos renombrados clubs nocturnos y KTVs de toda la ciudad, y en realidad era para indagar las rutas del contagio del HIV.
Al recibir un aviso desde arriba, también participamos en la inspección a los clubs nocturnos ese día.
Como ¨unos reyes sin corona ¨, teníamos muchas ganas de contemplar fríamente esta operación unificada del gobierno.
Sin embargo, en mi casa había sucedido un accidente en la misma noche de partir. ?Sin querer Yinzhu incendió aquella sala de duelo dispuesta en nuestra casa para Ji Hui!
? Los pormenores del suceso fue así!
Aquel día era justo ¨el primer séptimo día ¨ contado desde el fallecimiento de Ji Hui, y las llamas en el altar del incienso parecían más brillantes de lo normal. Según un dicho supersticioso, los difuntos vendrían a buscar a sus parientes en este día. Podría ser por la negligencia de estos días, esa gruesa vela roja en el altar también se había ido quemando hasta su base en este momento. Debía haber sido cambiada desde hacía tiempo. Pero Yinzhu y yo habíamos estado ocupados los dos y habíamos descuidado este asunto tan importante.
A las 7 de esa noche, al recibir una llamada, apenas me había dado la vuelta para salir por la entrada cuando escuché a Yinzhu gritando de repente en el interior. Resultaba que aquella vela roja en el altar perforó primero la base de aluminio y después encendió instantáneamente ese tejido cubierto en la mesa. Ese mantel fue incluso comprado desde Inglaterra por Yinzhu el a?o pasado.
Fui corriendo otra vez adentro de la casa. Aunque descubrí nada más que un gran hueco en la tapa de mesa.
Aquella noche, viendo la cara de arrepentimiento y remordimiento que tenía Yinzhu, ? cómo podría salir todavía para estar en la operación con mi corazón ya roto!
Al día siguiente, la noticia que había recibido a través de mis colegas fue: La acción ¨anti-porno¨ había tomado una estrategia llamada ¨floración central ¨, o sea, no mandar mensajes ni pegar toques, y se había vedado una decena de localidades de diversión ¨ tocantes a la prostitución ¨. No obstante, el club nocturno más importante de esta ciudad ¨La Dinastía ¨ no estaba en la lista de inspección esta vez. ? Podría que el fantasma de Ji Hui en el cielo hubiera resguardado este renombrado club ¨La Dinastía ¨ que estaba en la tierra? Dios sabrá.
Siendo unos periodistas jóvenes, también nos habíamos divertido mucho cuando íbamos detrás de los policías para verlos registrar y arrestar a la gente.
En aquellos clubs nocturnos que no habían recibido aviso previo, los clientes y chicas de compa?ía sospechosos de la compraventa del sexo fueron metidos en uno y otro coche. Cada uno de ellos no podía estar más embarazoso. Unos se tapaban la cara con las manos, otros lloraban frente a la cámara. Todo esto se transmitió en el Telenoticias de esa misma noche.
Al día siguiente, aquellos jefes de los clubs nocturnos ¨forzados el cierre ¨ estaban bastante atareados, otra vez tendrían que repartir una cuantía para desarrollar contactos.
Debido a que había usado ¨Dong Menqing¨ como mi seudónimo durante todo este tiempo, habíamos recibido incesantes llamadas en busca de ¨Dong Menqing ¨ en estos días.
En realidad yo ni siquiera había acudido a la ¨operación ¨ aquel día, simplemente había recopilado unos datos y después enviado un manuscrito a la imprenta bajo el nombre de ¨Dong Menqing¨, y enseguida ya me consideraron como portavoz de instituciones jurídicas.
Existía gente que dio pistas a ¨Dong Menqing¨, diciendo cómo los clubs nocturnos de su zona tenían que ver con la pornografía, también había gente que mandó caros bonos de spa y tarjetas de esteticién a ¨Dong Menqing¨, Pero no los quería ¨aceptar con gracia ¨ sabiendo de qué se trataban. Se lo conté a Yinzhu cuando llegué a casa, ella dijo riendo: - Acéptalos si te regalan, ?Qué preocupaciones vas a tener con el gobierno detrás de ti?¨ Entonces dije, - Según la información transmitida por los documentos internos del Comité Municipal del Partido Comunista y del Ayuntamiento, el caso de Chen? Yunchang es un tabú estricto. Ya que no nos atrevemos a indagar sus profundas causas sociales, sólo podemos escribir noticias del corazón. Sólo los medios de comunicación confiables pueden tener el privilegio de obtener estos contenidos.- Yinzhu estaba a mi lado escuchando, dijo después de sonreír: - Menos mal que vuestra empresa está sostenida por el país, sino cómo vais a mantener vuestra familia publicando siempre lo mismo.-
Al escuchar su comentario, yo no paraba de proferir: - ?Exacto, exacto! -
Comparada con otros medios de impresión, nuestra Oficina del Periódico parecía más como un ejército regular. En cambio, todos otros medios parecían como ¨ejércitos misceláneos ¨. Como trabajadores del Periodismo, procurábamos la evolución profesional dentro de este tipo de ¨panel sándwich ¨.